Diabetes edad pediátrica: lo que hay que saber

Diabetes edad pediátrica: lo que hay que saber

El escenario de la diabetes infantil -o diabetes en edad pediátrica- en nuestro país es complicado. Existen más de 540 mil infantes que viven con diabetes tipo 1 y casi 78 mil más la desarrollarán cada año.

Lo más alarmante es que una la diabetes tipo 2 -que era exclusivamente de adultos-, ahora ya es detectada en pequeñines de entre 8 y 10 años de edad, así como en adolescentes. 

Dado que la diabetes tipo 2 ataca de forma silenciosa, en caso de presentar obesidad (la principal bandera roja), lo mejor es acudir con un médico. 

Especialistas concuerdan en que existe un lado positivo en el combate de esta enfermedad: alejarse de una vez por todas de los malos hábitos alimenticios y optar por un estilo de vida más activo. 

Tras una charla con el médico internista y diabetólogo Etsuo Tirado Hamasaki, en búsqueda de una mejor aproximación a un padecimiento cada vez más complejo -tanto sanitaria, como culturalmente-, algunas de las preguntas y respuestas obtenidas fueron las siguientes:

¿La diabetes en edades tempranas se debe afrontar como un problema sanitario o como uno cultural?, ¿Por qué cada vez es más común la diabetes tipo 2 en infantes?

Es un problema sanitario que se complica por cuestiones culturales, ya que las creencias sobre la enfermedad, su tratamiento, la alimentación, ​etcétera, influyen en las decisiones que las familias y los propios pacientes toman. Por otra parte, tenemos un problema cultural cuando al paciente se le discrimina por su enfermedad, por el uso de insulina, por sus necesidades de ajustarse a un plan de alimentación que implica un horario y medición de porciones, por ejemplo.

Hace 30 o 40 años, la diabetes mellitus tipo 2 -asociada a la obesidad o sobrepeso- era una enfermedad de personas de 40 años o más. Gradualmente, fue presentándose en adultos jóvenes, después en adolescentes, y ahora no es raro encontrar niños de 8 años con DM tipo 2. Si observamos los valores anormales de glucosa en ayunas o después de los alimentos, encontraremos que hay muchos niños y adolescentes que, sin llegar todavía a criterios diagnósticos de diabetes, tienen alteraciones que conocemos globalmente como "pre diabetes".

¿Qué riesgos genera y qué tanto puede complicarse una situación de diabetes tipo 1 o 2 en edad pediátrica? 

La diabetes mellitus tipo 1 y la diabetes mellitus tipo 2 son dos enfermedades diferentes que se comportan de manera distinta.

La tipo 1 -antes llamada juvenil- puede presentarse desde recién nacidos y ahora también en adultos jóvenes -de, por ejemplo, 35 años de edad-. Como consecuencia de dicha enfermedad, puede presentarse una complicación llamada cetoacidosis, que pone en peligro la vida. De hecho, hay pacientes que "debutan" como diabéticos tipo 1 presentando un cuadro de cetoacidosis. Adicionalmente, los pacientes con diabetes tipo 1 son más propensos a una hipoglicemia -un bajón de la glucosa en sangre, que también puede ser peligroso-.

Ambos tipos de diabetes pueden derivar en infecciones severas, sobre todo si la glucosa está descontrolada. A la larga, ambos tipos de diabetes pueden desarrollar complicaciones crónicas (retinopatía diabética, que puede causar ceguera; ateroesclerosis, que puede dar problemas cardiacos; nefropatía diabética, que puede causar una insuficiencia renal crónica; insuficiencia arterial y neuropatía diabética. La neuropatía diabética puede causar múltiples molestias cuando es visceral, y puede causar un dolor molesto cuando ocurre en nervios periféricos; además, tanto la insuficiencia arterial provocada por la ateroesclerosis como la neuropatía, y los cambios en los tejidos blandos, provocan el pie diabético, que a su vez puede terminar en amputación).

¿Es posible que el niño o la niña presenten problemas en su desarrollo debido a una condición de diabetes?

Una diabetes mellitus tipo 1 mal controlada provoca un retraso en el crecimiento, porque la insulina es una hormona que participa en el crecimiento y reparación de tejidos. Pueden llegar a la vida adulta con una corta estatura.

Un niño con prediabetes o diabetes mellitus tipo 2 puede tener un crecimiento excesivo y llegar a la vida adulta siendo demasiado alto y además muy corpulento, lo que afecta a su imagen corporal.

¿Puede afectar el rendimiento escolar?

Definitivamente, una diabetes mal controlada afecta el rendimiento escolar (o laboral, más adelante) porque el paciente se siente constantemente fatigado, puede tener siempre hambre, tener somnolencia, debilidad muscular y otros trastornos que afectan directamente su capacidad para concentrarse y para hacer lo que se espera de él.

Se menciona que, para controlar cualquier diabetes, es necesario un cambio de hábitos alimenticios, sobre todo. Parece que la solución es muy sencilla. ¿Por qué es tan difícil lograrlo?

Porque el paciente y su familia necesitan indicaciones claras, no generalidades, en un lenguaje que puedan entender y que tome en cuenta su cultura, sus recursos (por lo que hay que tomar en cuenta su nivel socioeconómico y el lugar donde viven) y los alimentos que tienen a la mano. Una educación en diabetes correcta permite que conozcan lo que están comiendo, que puedan valorar la cantidad al conocer como medirlo en porciones y, finalmente, que puedan tener la capacidad de tomar decisiones correctas al escoger el tipo de alimentos, la manera de prepararlos y condimentarlos, y sobre todo, limitar la cantidad de carbohidratos que consumen en cada ocasión. Para eso, el paciente y su familia deben saber, por lo menos, qué es un carbohidrato, qué alimentos contienen carbohidratos, y cómo se cuantifica de una manera práctica y sencilla el contenido de carbohidratos de una ración (lo que significa que puedan medir o contar fácilmente cuánto carbohidrato están consumiendo en cada ocasión)

Ante el tratamiento médico de la diabetes, como el hecho de estar aplicando insulina o estar monitoreando los niveles de glucosa, ¿tiene algún consejo o tip que nos pueda compartir?

Ambos temas son parte de la educación en diabetes básica, de un nivel "de supervivencia", y amerita cada uno una sesión. Aunque hay muchos sitios donde se puede aplicar la insulina, es importante estar rotando el sitio de aplicación de manera de no estar picando el mismo lugar varios días seguidos, y utilizar el abdomen es preferible a otros sitios.

El monitoreo de niveles de glucosa en sangre capilar, idealmente con un glucómetro (y no con tiras reactivas colorimétricas cuya interpretación es muy subjetiva) debe hacerse con un plan, de manera de no estar gastando tiras de manera innecesaria. Las mediciones más importantes son las que se hacen después de las comidas porque permiten relacionar el tipo de alimento y la cantidad consumida con los niveles postprandiales (postprandial significa “después del alimento”). Debe contarse el tiempo a partir del momento del primer bocado, y tomar el nivel 2 horas después (después del primer bocado, es decir, cuando se empezó a comer, no del momento en que se terminó de comer).

¿Considera importante complementar la atención médica con la atención mental/psicológica en caso de afrontar escenarios inesperados?

El aspecto psicológico siempre se debe tomar en cuenta y debe ser parte de la capacitación de los médicos, personal de enfermería y equipo de nutrición que participan en la atención de las personas con diabetes. Este también es un tema para desarrollar en otra ocasión. Existen casos en los que es necesario la participación de un psicólogo y/o un psiquiatra, que, a su vez, deberían tener formación como educadores en diabetes, no cualquier psicólogo o cualquier psiquiatra.

¿Cuál es la principal recomendación ante la diabetes infantil?

Asumirla como una oportunidad y, por supuesto, como una responsabilidad. Y actuar cuanto antes para lograr las metas de control lo más pronto posible.

¿Algún último comentario, consejo o palabras que guste dejarnos?

Unas breves reflexiones. Lo primero, es reconocer que la diabetes existe. Segundo, que no es "culpa" de nadie, y menos del paciente. Tercero, que no es una condición de la cual haya que avergonzarse, o que debe ocultarse, al contrario, todos los que conviven con el paciente deben saber que tiene diabetes, para poder ayudar cuando sea necesario. Cuarto, un paciente con diabetes bien controlada puede llevar una vida bastante normal, siempre y cuando esté controlada. Quinto, una persona con diabetes requiere cierto apoyo, pero no privilegios. La diabetes es una oportunidad de asumir la responsabilidad por la propia salud y por la propia vida.

Sobre el entrevistado

Etsuo Tirado Hamasaki es médico internista, especialista en obesidad y diabetes, y miembro del Colegio Americano de Médicos (Fellow of the American College of Physicians, por sus siglas en inglés FACP). Consulta tanto en instituciones de salud públicas como en consultorio privado.

Cédula Profesional: 1281029 AE012381

Contacto: etsuotirado@hotmail.com

 Referencia

https://www.gaceta.unam.mx/acecha-la-diabetes-tipo-2-a-la-ninez

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